23-05-2013
Era obvio, tarde o temprano íbamos a caer en la volteada... Este mes recibimos varios correos con críticas a los precios publicados porque "nada tienen que ver con la realidad", como decía uno, o "están recontra desactualizados", como aseguraba otro... (Editorial Revista La Moto. Edición número 88. Abril 2013)
Si bien ya lo hemos dicho en alguna que otra oportunidad, intentaremos explicar una vez más por qué hay tanta diferencia entre los precios que publicamos nosotros y lo que piden los concesionarios. ¡Presten atención! Primero y principal, no existe ningún ente que regule y controle el mercado.
Esto, por decantación, imposibilita la unificación de los precios y da rienda suelta a que el mercado se autoreglamente. Por más que las marcas distribuyan sus listas oficiales (como las que publicamos en el Motomercado), los concesionarios le agregan el sobreprecio que quieren. ¿Por qué? Por un lado, como ya dijimos, nadie los controla, ni siquiera las propias marcas. Por otro, los desbarajustes que el gobierno provoca en el mercado con sus conflictivas decisiones. Y acá vamos derechito al núcleo de la cuestión: cuando se cerraron las importaciones las marcas tuvieron que dejar de producir porque no tenían piezas para ensamblar las motos (recordemos que el 99% de las marcas que fabrican en el país utiliza componentes chinos en su gran mayoría). Entonces, con el continuo crecimiento de la demanda, el stock de los concesionarios fue bajando considerablemente (ni hablar de los depósitos de las constructoras).
Hemos dialogado con empresarios que directamente escondieron las motos para no venderlas al costo que las marcas les sugerían. Lo trágico es que esta situación se fue dando casi al mismo tiempo que el dólar comenzaba a despegarse de los 3 pesos. Ante este contexto, los concesionarios buscaron resguardar sus arcas, es decir, cuidar sus finanzas vendiendo las motos con un sobreprecio que incluía un plus de un 20% en concepto de inflación no oficial. Se sabe que el INDEC dibuja cifras y ningún comerciante quiere terminar en "pampa y la vía" (como pasó allá por el '89, cuando una manzana de costo salía 1 peso a la mañana y 3 a la tarde).
Por eso, hoy las motos tienen dos precios: el que divulga la marca y el que impone el concesionario. Similar a lo que sucede con el dólar paralelo, el bendito "blue", pero sin el marco de ilegalidad que encuadra a la moneda norteamericana. ¿Está justificado el accionar de los concesionarios? No, en absoluto. Desde aquí nos hemos pronunciado en contra de esto, como muchos lectores, tratando de proteger el mercado. Por eso, para nosotros es vital publicar las listas de precios que difunden las marcas. Sin embargo, mientras no haya un controlador, los sobreprecios serán recurrentes...
Paulo Di Renzo. Subdirector Revista La Moto.
http://www.lamotodigital.com.ar/nota-11 ... re-precios
Era obvio, tarde o temprano íbamos a caer en la volteada... Este mes recibimos varios correos con críticas a los precios publicados porque "nada tienen que ver con la realidad", como decía uno, o "están recontra desactualizados", como aseguraba otro... (Editorial Revista La Moto. Edición número 88. Abril 2013)
Si bien ya lo hemos dicho en alguna que otra oportunidad, intentaremos explicar una vez más por qué hay tanta diferencia entre los precios que publicamos nosotros y lo que piden los concesionarios. ¡Presten atención! Primero y principal, no existe ningún ente que regule y controle el mercado.
Esto, por decantación, imposibilita la unificación de los precios y da rienda suelta a que el mercado se autoreglamente. Por más que las marcas distribuyan sus listas oficiales (como las que publicamos en el Motomercado), los concesionarios le agregan el sobreprecio que quieren. ¿Por qué? Por un lado, como ya dijimos, nadie los controla, ni siquiera las propias marcas. Por otro, los desbarajustes que el gobierno provoca en el mercado con sus conflictivas decisiones. Y acá vamos derechito al núcleo de la cuestión: cuando se cerraron las importaciones las marcas tuvieron que dejar de producir porque no tenían piezas para ensamblar las motos (recordemos que el 99% de las marcas que fabrican en el país utiliza componentes chinos en su gran mayoría). Entonces, con el continuo crecimiento de la demanda, el stock de los concesionarios fue bajando considerablemente (ni hablar de los depósitos de las constructoras).
Hemos dialogado con empresarios que directamente escondieron las motos para no venderlas al costo que las marcas les sugerían. Lo trágico es que esta situación se fue dando casi al mismo tiempo que el dólar comenzaba a despegarse de los 3 pesos. Ante este contexto, los concesionarios buscaron resguardar sus arcas, es decir, cuidar sus finanzas vendiendo las motos con un sobreprecio que incluía un plus de un 20% en concepto de inflación no oficial. Se sabe que el INDEC dibuja cifras y ningún comerciante quiere terminar en "pampa y la vía" (como pasó allá por el '89, cuando una manzana de costo salía 1 peso a la mañana y 3 a la tarde).
Por eso, hoy las motos tienen dos precios: el que divulga la marca y el que impone el concesionario. Similar a lo que sucede con el dólar paralelo, el bendito "blue", pero sin el marco de ilegalidad que encuadra a la moneda norteamericana. ¿Está justificado el accionar de los concesionarios? No, en absoluto. Desde aquí nos hemos pronunciado en contra de esto, como muchos lectores, tratando de proteger el mercado. Por eso, para nosotros es vital publicar las listas de precios que difunden las marcas. Sin embargo, mientras no haya un controlador, los sobreprecios serán recurrentes...
Paulo Di Renzo. Subdirector Revista La Moto.
http://www.lamotodigital.com.ar/nota-11 ... re-precios