Jesus, ya que vas a ser el orgulloso dueño de una 800 quiero de vulcanero a vulcanero hacerte un pequeño presente, la historia de esta belleza:
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Esta semana me toca a mi el turno de buscar una moto Custom de más de 600 cc, y como los 4000 euros que nos hemos asignado no me dan para comprar una Harley Davidson la moto que voy a comprar es una Kawasaki VN 800 Vulcan, que se parece mucho al acero de Milwaukee pero con los acabados y las calidades de Japón.
Dice la Wikipedia, que la palabra Custom procede del inglés to customize, que se refiere a la personalización de algo que fue creado en serie de forma industrial e impersonal. Aunque en nuestro país se conoce por esa palabra a casi cualquier moto que sea baja y larga, con motor en uve o no pero que recuerde más o menos una de esas motos fabricadas en USA.
Si investigamos un poco hay unas cuantas variantes dentro de la definición Custom, tales como Cruiser, Chopper, Rat, Dresser, Street Bike o Show Bike. Quizá todo este batiburrillo nos lleve a catalogarlas de una manera tan simple. De cualquier manera, a la hora de comprar una moto de este estilo hay que tener muy claro lo que buscas y hasta donde puedes/quieres admitir una transformación como incremento de precio o como todo lo contrario.
A mi me gusta comprar motos con las mínimas transformaciones respecto del original, quizá sea por alguna experiencia que me he encontrado por ahí y que me ha obligado a invertir más dinero del que pensaba para conseguir dejar una moto original partiendo de una “pequeña transformación” que aparentemente no era tan exótica. Con estos antecedentes lo normal es que descarte de un plumazo cualquier moto que vea transformada, aunque solo sea cambiarle los retrovisores.
Pero dejémonos de divagaciones y retomemos el tema de buscar una moto de segunda mano que se adapte a nuestro presupuesto y pertenezca al sector que estamos tratando hoy. La elección de la Kawasaki VN 800 Vulcan ha sido porque es una de las Custom japonesas que más se asemeja a la estética dictada en USA. Hay otras opciones de otras marcas japonesas que incluso pueden ser más baratas, pero todas presentan una imagen ligeramente desviada del original y aquí lo que va a primar sobre todo es la estética.
n 1984 apareció en el mercado la Kawasaki VN 750, una moto que atacaba un mercado hasta entonces dominado por Harley Davidson. Y para conseguir el éxito en este ataque los diseñadores japoneses se pusieron manos a la obra con lo que mejor dominaban, la tecnología. La Kawasaki VN 750 montaba cuatro válvulas por cilindro, con doble árbol de levas en cabeza y mando por cadena, algo completamente impensable en una moto de ese estilo. Rápidamente se presentaron como una alternativa a lo ya existente y se hicieron con su parcela del mercado.
Tanto pegaron en el mercado que hasta 1995 no apareció la versión 800, que mejoraba algunos aspectos de la anterior, pero también simplificaba algunos puntos, como la regulación hidráulica de las válvulas que desapareció en el modelo de 800 cc. En la imagen mejoró la apariencia del motor, que ahora incluía unos aleteados en los cilindros para hacerlo pasar por refrigerado por aire, cuando está refrigerado por líquido con el radiador hábilmente camuflado en las barras delanteras del chasis.
El chasis en la versión 800 se asemeja a un Hard Tail, pero esconde un sistema de amortiguación Uni Track cosecha de la marca que permite un comportamiento progresivo. Entre los refinamientos técnicos encontramos un sistema denominado Positive Neutral Finder, que ayuda a la hora de encontrar el punto muerto en parado y evita que se meta segunda velocidad en caso de estar parado.
Con el paso de los años la Kawasaki VN 800 Vulcan ha aparecido en un par más de versiones, denominadas Drifter y Classic. Siendo las principales diferencias entre ellas que la Classic monta unos guardabarros envolventes al estilo Indian, y los instrumentos sobre el depósito. Mientras que la Drifter ahonda un poco más en la estética Custom con un faro con forma de bala y escapes tipo cola de pez.
A partir de ahí cada propietario hace de su capa un sayo y apoyándose en la industria auxiliar o en los propios catálogos de recambios de la marca personaliza la moto de acuerdo a su estilo o manera de entender. Como ya he comentado antes esto puede ser un punto a favor o en contra, dependiendo de tu propio estilo y la idea que tengas sobre la moto que quieres conducir.
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Esta semana me toca a mi el turno de buscar una moto Custom de más de 600 cc, y como los 4000 euros que nos hemos asignado no me dan para comprar una Harley Davidson la moto que voy a comprar es una Kawasaki VN 800 Vulcan, que se parece mucho al acero de Milwaukee pero con los acabados y las calidades de Japón.
Dice la Wikipedia, que la palabra Custom procede del inglés to customize, que se refiere a la personalización de algo que fue creado en serie de forma industrial e impersonal. Aunque en nuestro país se conoce por esa palabra a casi cualquier moto que sea baja y larga, con motor en uve o no pero que recuerde más o menos una de esas motos fabricadas en USA.
Si investigamos un poco hay unas cuantas variantes dentro de la definición Custom, tales como Cruiser, Chopper, Rat, Dresser, Street Bike o Show Bike. Quizá todo este batiburrillo nos lleve a catalogarlas de una manera tan simple. De cualquier manera, a la hora de comprar una moto de este estilo hay que tener muy claro lo que buscas y hasta donde puedes/quieres admitir una transformación como incremento de precio o como todo lo contrario.
A mi me gusta comprar motos con las mínimas transformaciones respecto del original, quizá sea por alguna experiencia que me he encontrado por ahí y que me ha obligado a invertir más dinero del que pensaba para conseguir dejar una moto original partiendo de una “pequeña transformación” que aparentemente no era tan exótica. Con estos antecedentes lo normal es que descarte de un plumazo cualquier moto que vea transformada, aunque solo sea cambiarle los retrovisores.
Pero dejémonos de divagaciones y retomemos el tema de buscar una moto de segunda mano que se adapte a nuestro presupuesto y pertenezca al sector que estamos tratando hoy. La elección de la Kawasaki VN 800 Vulcan ha sido porque es una de las Custom japonesas que más se asemeja a la estética dictada en USA. Hay otras opciones de otras marcas japonesas que incluso pueden ser más baratas, pero todas presentan una imagen ligeramente desviada del original y aquí lo que va a primar sobre todo es la estética.
n 1984 apareció en el mercado la Kawasaki VN 750, una moto que atacaba un mercado hasta entonces dominado por Harley Davidson. Y para conseguir el éxito en este ataque los diseñadores japoneses se pusieron manos a la obra con lo que mejor dominaban, la tecnología. La Kawasaki VN 750 montaba cuatro válvulas por cilindro, con doble árbol de levas en cabeza y mando por cadena, algo completamente impensable en una moto de ese estilo. Rápidamente se presentaron como una alternativa a lo ya existente y se hicieron con su parcela del mercado.
Tanto pegaron en el mercado que hasta 1995 no apareció la versión 800, que mejoraba algunos aspectos de la anterior, pero también simplificaba algunos puntos, como la regulación hidráulica de las válvulas que desapareció en el modelo de 800 cc. En la imagen mejoró la apariencia del motor, que ahora incluía unos aleteados en los cilindros para hacerlo pasar por refrigerado por aire, cuando está refrigerado por líquido con el radiador hábilmente camuflado en las barras delanteras del chasis.
El chasis en la versión 800 se asemeja a un Hard Tail, pero esconde un sistema de amortiguación Uni Track cosecha de la marca que permite un comportamiento progresivo. Entre los refinamientos técnicos encontramos un sistema denominado Positive Neutral Finder, que ayuda a la hora de encontrar el punto muerto en parado y evita que se meta segunda velocidad en caso de estar parado.
Con el paso de los años la Kawasaki VN 800 Vulcan ha aparecido en un par más de versiones, denominadas Drifter y Classic. Siendo las principales diferencias entre ellas que la Classic monta unos guardabarros envolventes al estilo Indian, y los instrumentos sobre el depósito. Mientras que la Drifter ahonda un poco más en la estética Custom con un faro con forma de bala y escapes tipo cola de pez.
A partir de ahí cada propietario hace de su capa un sayo y apoyándose en la industria auxiliar o en los propios catálogos de recambios de la marca personaliza la moto de acuerdo a su estilo o manera de entender. Como ya he comentado antes esto puede ser un punto a favor o en contra, dependiendo de tu propio estilo y la idea que tengas sobre la moto que quieres conducir.